En el cole Earl era uno de esos malotes que se burlaba de los niños con algún defecto físico sobre el que poder hacer el chiste facil. Este era el caso de Maggie, que tenía un bigotillo diseñado para el ingenio de nuestro protagonista.
Ya de mayor, Mr. Hickey toma conciencia de su mala acción y la anota en la lista, así llegamos hasta el día de hoy, donde Earl, en un noble gesto, va a tratar de pedir perdón y de conocer a la persona que se escondía detrás de aquel divertido mostacho.
No parece sencillo, pero si asequible.
¿Como será Maggie años despúes? ¿tendrá una vida normal?